lunes, junio 12, 2006

TECNICAY HOMBRE.

miércoles, junio 07, 2006

El tederete asesino.

Amenazaba con colgarme al atardecer. Sus sombras se cernian zigzageantes para atraparme en su mundo, de vertigo, de pinzas e hilos y mostrarme al mundo como arapos que terminarian callendose por su propio peso. El tenderete asesino era un monstruo mudo, era como un ornitorrinco simpatico apunto de atarcarte con su garra asesina. Se disponia a sacar su furia, yo lo sabia. Disimulaba constante mente por parecer calmado , roñoso, pero el viento era rasgado con sus inmoviles cuerdas y el aire proclamaba su grito de guerra que yo no podia comprender pero intuia. Ningun pajaro se habia posado nunca en el, ni siquiera una pareja de atontadas palomas en mitad de su ritual de apareamiento. Yo lo observaba. Veia sus extraños movimientos. Una cuerda se contoneaba con el viento distrayendo mi atencion hipnotizandome mientras que sus sombran iban alargandose. Sin embargo el sonido incesante y armonico a la vez que alentador de otra de sus cuerdas me aviso, probablemente porque esta cuerda, que hacia tiempo que habia perdido tirantez, tenia miedo de caerse en el avismo por no poder soportar mi peso. Yo se lo agradeci cortesmente pero esto no mejoraba la situacion, no pretendia entablar amistad con el tenderete. El era mi enemigo y yo el suyo. Yo sabia, lo podia leer en sus sombras que se seguian alargando, esforzandose por cogerme intentando impedir que fue consciente de sus movimientos. Cuando ya todo parecia estar perdido, cuando sus sombras estaban a un milimetro de tocarme y sus cuertdas tensas cantaban victoria estridentemente, me tape los oidos con mis manos cerre los ojos fuertemente y grite tan alto como pude para que me oyera:¡¡tengo una tijera!! y alce mis brazos con mis manos cerradas asumiendo mi derrota con dignidad orgullosa porque evidentemente nose me habia ocurrido hasta ese momento coger unas. Pero las fuerzas gravitatorias estaban conmigo, el sol estaba ami favor , y el edificio de enfrente tambien y al poco tiempo cuando sus sombras estaban a punto de encarcelarme, se hizo la sombra. Claro que yo tenia los ojos cerrados y los brazosds estendidos y no me entere de etso hatadedcidi enfrentarnme a la realidad valiente mente y habri un ojo y despues el otro, no sin un cierto titubeo. El rastro del tenderete asesino, se habia perdido. Pense que habia vencido, que todo habia pasado, pero segui escuchando el sonido del viento roto por sus cuerdas y quede sumida en la oscuridad de la sombra.